miércoles, 14 de noviembre de 2012

SÁBADO 17 DE NOVIEMBRE DE 2012

PROPÓSITO: 

EVALUACIÓN FINAL

ACTIVIDADES

1. Redactar la relatoria sobre las Políticas Públicas.
2. Explicar la Política Pública del Gobierno actual, sobre el sector externo que afecte el turismo  en Colombia.
3. Lectura complementaria:



Las políticas públicas en Colombia. Insuficiencias y desafíos
Santiago Arroyave Alzate
Resumen
Las políticas públicas se han consolidado como una herramienta esencial en el ejercicio académico y práctico de la gestión pública. En la actualidad este tipo de políticas son la plataforma de los planes, programas y proyectos dirigidos a resolver parte de los conflictos sociales existentes. Ahora bien, vale preguntarse: ¿Han sido las políticas públicas un instrumento efectivo para la resolución de anomalías y problemáticas de las comunidades, gremios y otros grupos de interés? O por el contrario, ¿han sido un elemento de legitimación electoral de la administración, con un bajo impacto en el sistema político?
Palabras clave: Políticas públicas, comunidad, Gobierno, académi­cos, grupos de interés, programas, planes, proyectos, tecnocracia, empoderamiento.

Introducción

Actualmente las políticas públicas se han desdibujado como concepto a consecuencia de la incapacidad de los círculos académicos y de los fun­cionarios por crear un consenso y definir qué son, qué hacen y cómo fun­cionan. Así mismo, el estudio e implementación de la política contiene vacíos académicos y técnicos, resultado del poco tiempo que lleva su uti­lización y los altos grados de empirismo con que se ejecutan. Por lo tanto, comencemos por intentar una delimitación teórica de lo que es y lo que no es una política pública.
Al decir de Andre Roth, “existe la política pública siempre y cuando las instituciones estatales asuman total o parcialmente la tarea de alcanzar objetivos estimados como deseables o necesarios, por medio de un pro­ceso destinado a cambiar un estado de cosas percibido como problemá­tico” (Roth, 2007, p. 27). Asimismo, Alejo Vargas establece que la política pública es “el conjunto de iniciativas, decisiones y acciones del régimen político frente a situaciones socialmente problemáticas” (Vargas, 2007, p. 85). Jorge Iván Cuervo señala al referirse a las políticas públicas que son “el flujo de decisiones en torno de un problema que ha sido considerado público y ha ingresado en la agenda del Estado” (Cuervo, 2008, p. 79).
Se entiende por políticas públicas un conjunto de instrumentos a través de los cuales el Estado, luego de identificar una necesidad (económica,


Las políticas públicas en Colombia. Insuficiencias y desafíos

Política, ambiental, social, cultural, entre otras), implementa un conjunto de medidas reparadoras, construidas con la participación de los grupos afectados por los diversos problemas. Este tipo de inclusión se puede hacer en una doble vía: por un lado, un esquema tradicional y tecnocrá­tico sustentado en la formulación e implementación de políticas prove­nientes desde el Estado; procesos verticales y excluyentes como los actos administrativos,1 donde los grupos afectados por la política son entendi­dos como centro de análisis y legitimación del proceso, pero estos actores diferentes al Gobierno no son tenidos en cuenta en la formulación, imple­mentación y evaluación de las políticas. Este enfoque de inputs y ouputs, donde la sociedad demanda y el Estado responde sin tener en cuenta las consideraciones de la comunidad ha sido incapaz de descifrar de manera efectiva los problemas que le corresponde solucionar, esto en gran parte determinado por:
• La omisión de las comunidades afectadas al momento de identificar y elaborar la política.
• La ausencia de una población que le dé vida a la política pública y la lleve más allá del papel.
Por otro lado, están las políticas públicas formuladas y ejecutadas toman­do como centro de construcción una interacción entre las comunidades, la administración y los grupos de interés (ONG, gremios, sindicatos, partidos políticos, academia y otros colectivos de la sociedad civil). En este enfoque de política el Gobierno cumple un rol más formal, pues la ciudadanía y los grupos de interés asumen una construcción en conjunto de la política, y la administración se adjudica una función formal, encar­gándose del diseño normativo, de su introducción al plan de Gobierno o conversión en ley, y de la asignación presupuestal para su ejecución, mientras los ciudadanos y los grupos organizados ejercen una construc­ción social, son los que se encargan de ejecutarla y trabajar con las comu­nidades afectadas. Ver Cuadro 1.
1 Vale aclarar que un acto administrativo no es una politica pública, pero algu­nas se han formulado con la misma verticalidad, ejemplo de éstas son las po­liticas decretadas por los Concejos Municipales, las Asambleas y el Congreso.[98] FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
Cuadro 1. Construcción de una política pública de manera horizontal
G. Arboleda, (2008, p. 71) nos ilustra qué tipo de políticas públicas y enfo­ques podemos encontrar, cuáles son las características generales de cada uno, cómo se clasifican según su enfoque, campo de acción, finalidad, procedencia,

1. Desafíos teórico-prácticos



Luego de la claridad conceptual anterior es necesario medir el nivel de eficiencia de las políticas públicas, cuáles son sus puntos de desequilibrio y cuáles son sus retos. Para esto es necesario retomar las preguntas del comienzo. ¿Han sido las políticas públicas un instrumento eficiente para la resolución de las anomalías y problemáticas de las comunidades, gre­mios y otros grupos de interés? O por el contrario, ¿han sido un elemento de legitimación electoral de la administración, con un bajo impacto en el sistema político? Y de ser así, ¿qué ha pasado con las falencias políticas, económicas, sociales, ambientales y culturales presentes en el sistema po­lítico colombiano?
Ante estos interrogantes puede decirse que a nivel nacional, las políticas públicas desde su implementación han mostrado grosso modo tres gran­des retos:
Primero, en lo conceptual contienen una idea de empoderamiento, in­clusión, horizontalidad, planeación y eficacia que, realmente, están muy lejos de observarse en su ejecución. De ahí que en un gran número estas políticas son resultado de actos administrativos y procesos tecnocráticos, consecuencia de interacciones entre grupos políticos y grupos de inte­rés que no tienen una claridad conceptual sobre lo que es y no es una política pública, un proyecto, un programa, un acuerdo, una ordenanza o una sentencia.2 Pareciera que lo relevante es cumplir con las obligacio­nes jurídicas y con los compromisos políticos adquiridos en campaña. Así, políticas públicas como la formulada para la población de lesbianas, gays, bisexuales y transexuales —LGBT— de Medellín, son resultado de un compromiso electoral entre sus líderes en la ciudad y el alcalde del momento (Sergio Fajardo Valderrama). En estos procesos se prioriza el pago de favores políticos ante la necesidad de reconocer y garantizar un derecho a las minorías sexuales de la ciudad, a tiempo que se invisibili­zan las bases de esta comunidad para la identificación, construcción y ejecución de la política, y por lo general se asignan a consultores y a al­gunos integrantes de la población LGBT amigos de la administración,3 pero que aún están lejos de una transformación cultural que solucione los problemas a tratar.



Las políticas públicas en Colombia. Insuficiencias y desafíos
En cuanto a la política pública para afroantioqueños, fijada en la Ordenanza 10 del año 2007, es un ejemplo de la debilidad que tienen las políticas que son resultado de la delegación de responsabilidades consagradas en el artículo 13 de la Constitución en consultores privados, pues estos formulan la política, el Gobierno obtiene un documento, pero el conocimiento y el panorama de la problemática se va con el consultor, además su percepción no va mas allá de la de observadores o turistas de una realidad que, generalmente, les resulta extraña. En consecuencia, con alguna frecuencia estas políticas son resultado de abstracciones académicas que no siempre terminan cumpliendo los objetivos.
El segundo reto de las políticas públicas se concentra en su adjetivación como instrumento público, calificativo que pareciera ser una categoría nominal, donde el Gobierno delega una responsabilidad constitucional en agentes privados, pero la vinculación de las comunidades aún está muy lejos de ser perceptible, y corresponde más a un ejercicio simbólico de legitimación donde se vende la idea de inclusión y empoderamiento, construcción horizontal y conjunta de las políticas entre las comunidades, el Gobierno y los grupos de interés, como esfuerzo colectivo para responder a demandas insatisfechas. Ejemplo de esto, son las políticas que tienen su origen en el Concejo, la Asamblea y el Congreso, políticas que generalmente no vinculan a la población. En este caso se está ante la delegación de la función pública en centros de consultoría y grupos de contratistas (universidades, ONG, consultores privados y empresas, entre otras), que se adjudican la función de construir e implementar las políticas, programas, planes y proyectos que pretenden responder a las falencias sociales o a las promesas realizadas por el Gobierno en épocas de campaña electoral. En estos casos la participación ciudadana es mínima o en algunos momentos inexistente y el impacto en los problemas no resulta significativo. Es este conjunto de debilidades las que someten a un problema de legitimidad a las políticas públicas, consecuencia de la incapacidad del Estado de convertirlas en un instrumento efectivo, incluyente y empoderador.

Las políticas públicas se han sustentado a nivel nacional en tres antecedentes: primero, la burocracia como elemento depositario de una previ[
FORUM Nro. 1 enero – julio de 2011 / Revista del Departamento de Ciencia Política, Universidad Nacional, Sede Medellín.
sión universal que trasciende los intereses particulares del ciudadano, es decir, una forma social fundamentada en la organización racional de los medios en función de los fines; segundo, la teoría de las organizaciones, que busca responder a la complejidad de las sociedades modernas a través de una organización corporativista que ha promovido la consolidación del institucionalismo colombiano; y, tercero, el Management Public, que consiste en aplicar dentro de la administración pública prácticas gerenciales propias del sector privado.

Lejos de sus propósitos iníciales estos antecedentes han materializado un contexto de corrupción, clientelismo e ilegalidad, anomalías adheridas al sistema político, como efecto de unas dinámicas clientelistas triangulares, engendradas en cada uno de estos tres momentos previos, que han dificultado el fortalecimiento de las instituciones en todos los niveles territoriales. El tercer desafío que enfrentan las políticas públicas se da por estas relaciones entre funcionarios, políticos y empresarios. Donde los funcionarios necesitan de los políticos para alcanzar sus cargos y mantenerlos, los políticos necesitan de los empresarios para poder financiar sus campañas y los empresarios de los políticos para crear leyes que beneficien a sus empresas. Estas dinámicas recíprocas han sido uno de los principales obstáculos de las políticas públicas, pues crean un triángulo de hierro que concentra el poder y lo utiliza para el beneficio propio de sus actores, excluyendo a la sociedad civil organizada y no organizada, e impidiendo la construcción de una gobernanza. Ver cuadro 3.

Las políticas públicas presentan seis momentos que están articulados entre sí como un proceso lineal. Abarcan desde la identificación del problema y estudio de factibilidad, hasta la evaluación ex post de la política creada. Los momentos planteados son:
1. La identificación del problema, es decir, cuando hay una diferencia entre lo que hay y lo que debería ser. Por su carácter programático y permanente las políticas públicas sólo sirven para atender problemas estructurales que exijan formulación en un mediano o largo plazo.


2. Luego de la identificación se adelanta un estudio de factibilidad que define los objetivos de la política, con base en la cantidad de recursos existentes y en las metas formuladas.
3. Posteriormente, se empodera a las comunidades y se descentralizan las funciones, de la administración pública a grupos de interés, lo cual permite la vinculación de las sociedades tradicionalmente excluidas, como es el caso de las minorías, en la formulación de las políticas que buscan responder a sus demandas, partiendo del supuesto de que “nadie sabe más sobre el problema que el afectado”.
4. Luego, se incluye la política pública en la agenda administrativa o se convierte en norma, asignando unos recursos financieros y técnicos que permitan ejecutarla de manera eficaz. Es aquí donde el Gobierno tiene una participación más


5. Se formula la política, lo que significa un punto de conciliación entre las comunidades representadas por los líderes y movimientos socia­les, y el Gobierno, para definir los parámetros y los objetivos comunes.
6. Finalmente se implementa la política y se estructura por líneas, pro­gramas y proyectos. De forma paralela a la ejecución se hace una eva­luación que tiene dos momentos relevantes: un momento ex ante, que tiene lugar en la identificación e investigación de la problemática, don­de se evalúa el estado de cosas y se define la factibilidad de la política. Por otro lado, se ubica el período de la evaluación ex post, que se da en la culminación de los programas y proyectos, donde se determina cuál fue su nivel de impacto, y así finalmente hacer una reingeniería de la política, si tiene continuidad, o construir un cuadro de resultados que defina cuáles objetivos se cumplieron, cuáles no, y qué resultados inesperados acontecieron.
El siguiente cuadro nos ilustra los seis momentos de la política de mane­ra secuencial.
Cuadro 4. Momentos de las políticas públicas
 











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